El Proyecto Comenius “The Magic Of Reading, The Power Of Discovering Ourselves” es un proyecto de Asociación Escolar Multilateral, para el fomento de la lectura, enmarcado en del Programa Europeo de Aprendizaje Permanente.

MOVILIDADES: Turquía (mayo 2012)

                 SEMANA COMENIUS (06-12 de mayo)

       Del 6 al 12 de mayo de 2012 celebramos el tercer encuentro Comenius. Durante esa semana visitamos Estambul, Turquía.
       Pincha aquí y descárgate el Programa de las actividades que se realizaron en la visit
       Para consultar el acta de nuestro encuentro en Estambul, pinchad aquí
____________________________________________________



____________________________________________________

Encuentro en Turquía

            Nuestro equipo estaba formado por siete miembros, cuatro alumnos y tres profesoras. Los alumnos: Victoria Jiménez e Inmaculada Zarandieta, alumnas de de 4º de ESO;  David Domínguez y Juan Ignacio Medrano, alumnos de 1ºde Bachillerato.
Las profesoras: Ángeles López, jefa de estudios, Rocío Madrid, profesora de Lengua y Literatura española y Yolanda García, coordinadora del proyecto Comenius.

            Aunque nos lo habíamos imaginado así, la movilidad a Estambul superó todas nuestras expectativas
            La ciudad en sí misma nos atrapó, en medio del permanente caos en el que está envuelta,  pero aún más lo hicieron los profesores del instituto Esayan, que nos acogieron tan cálidamente.
            La semana estuvo repleta de interesantes actividades: celebramos el Día de Europa con una cena en la que cada país preparó platos típicos de su gastronomía, leímos párrafos del Museo de la Inocencia de  Orhan Pamuk y poemas de Zahrad (autores cuya lectura había propuesto el equipo turco) en inglés y en las distintas lenguas de los países participantes,  compartimos un paseo maravilloso en barco por el Bósforo, votamos y elegimos el párrafo que constituirá el inicio de la historia que cada país ha de crear y dramatizar en las futuras movilidades etc.
            Cuna de civilizaciones y paso de múltiples pueblos durante siglos, la antigua Constantinopla sigue conservando esa atmósfera múltiple que ya tuvo en otras épocas.
            Tuvimos además la fortuna de ser acogidos y guiados en el descubrimiento y disfrute de esta ciudad por toda la comunidad educativa del instituto Esayan, centro representante de Turquía en nuestro proyecto Comenius. Una fortuna, porque nos brindaron la oportunidad de percibir de una manera directa la realidad cotidiana de un centro educativo armenio en la turbulencia vital de una ciudad como Estambul, siempre despierta y alerta.
            Las lecturas que habíamos hecho de Pamuk y Zahrad nos habían preparado para abrir bien la mirada a nuestra llegada a Estambul, todos nuestros sentidos preparados, para no perder ni un solo detalle de esta ciudad, de su ambiente, de su cultura, de su realidad.
            Pamuk y Zahrad siguieron acompañándonos durante toda la semana, no solo por los ecos que de sus escritos resonaban en nuestra mente, sino por la ubicación del instituto Esayan y por el recitado compartido de sus textos.

            El miércoles tuvimos la oportunidad de dar un paseo por el barrio de Pera (Beyoglu), en donde se encontraban cientos de cosas por descubrir según auguraba el programa organizado por el equipo turco. Y así fue, y lo fue especialmente porque anduvimos largo y tendido por el barrio en el que Pamuk contextualiza su novela, porque nos acercamos a la calle Çukurcuma, domicilio de Füsun, la protagonista de su novela, porque estuvimos también cerca del “verdadero” Museo de la Inocencia, creado por el novelista como constancia fehaciente de la vocación de permanencia de la historia de amor narrada.
            Muchos fragmentos de El Museo de la Inocencia cobraban vida a cada paso, algunos de los cuales habíamos elegido para leer juntos en la actividad preparada para la tarde:

For me, happiness is in reliving those unforgettable moments. If we can learn to stop thinking of our lives as a line corresponding to Aristotle’s Time, treasuring our time instead for its deepest moments, each in turn, then waiting eight years at your beloved’s dinner table no longer seems such a strange and laughable obsession but rather ( as I would discover much later) assumes the reality of 1,593 happy nights at Füsun’s dinner table. Today I remember each and every evening I went to supper in Çukurcuma – even the most difficult, most hopeless, most humiliating evenings- as happiness.


A lovely spring breeze was wafting through the balcony’s grand doors, carrying the scent of linden trees. The lights of the city shone on the Golden Horn below. Even the slums and shantytowns of Kasımpaşa looked beautiful. I thought how happy I was, even feeling as if this was a prelude to yet greater happiness. The gravity of what transpired with Füsun confused me, but I told myself that everyone has his secrets, fears, and moments of worry. No one could guess how many of these elegant guests felt similarly uneasy or carried spiritual wounds, but it was when  we were in crowds like this, surrounded by  friends- and having downed a glass of rakı or two – that we persuaded ourselves how trivial and transitory those sentiments were.

                                         The Museum of Innocence, Orhan Pamuk

        Por la tarde volvimos al instituto y compartimos una velada realmente mágica. La esposa del poeta Zahrad nos estaba esperando para dedicarnos unas palabras y estuvo presente en la lectura y recitado que los distintos equipos hicieron de poemas de su esposo y fragmentos de Pamuk. Agradeció enormemente que compartiéramos con ella la lectura de los poemas de su esposo, muchos de los cuales están dirigidos y dedicados a ella. Éste es un ejemplo:

GAME
            By Zahrad

            Translated by Diana Der-Hovanessian

            Divide mankind
            into two categories
            male and female.
            Discard the males.
            Keep the women.
              Then divide the females
            into two groups
            old and young.
            Discard the old.
              Then put those who remain
            into two groups
            beautiful and plain.
            Keep all those who are not ugly.
              Then pick from the beautiful
            the one beauty
            and what do you see
            but the wife you've had all your years!

        La tarde continuó con la preparación de los platos típicos que cada equipo cocinó, representativos de la gastronomía de su país, para mostrarlos y disfrutarlos en la fiesta de El Día de Europa que celebraríamos por la noche.
          Preparamos unas deliciosas tortillas de patatas, siguiendo la receta secreta de Rocío Madrid. Nos divertimos muchísimo, mientras cocinamos y preparando nuestro “stand” y, si cabe, aún más visitando los puestos de los distintos equipos y probando la comida tradicional de los distintos países. Terminamos la velada cortando y saboreando una enorme tarta, que tenía cada una de las banderas de los países de los distintos equipos.
          La idea de cocinar y compartir fogones en la cocina del instituto y de cantar y bailar juntos en el karaoke preparado fueron estupendas. Se creó un ambiente muy agradable y todos los alumnos parecían formar parte de un mismo equipo.

          Conocimos mucho más de Estambul. El martes estuvimos paseando por la vieja Estambul (Santa Sofía, La Basílica Cisterna, el Gran Bazar etc.). El jueves por la noche el paseo en barco nos brindó la oportunidad de recorrer la parte asiática de la ciudad y adquirir una perspectiva de la misma desde ángulos a los que no habíamos tenido acceso. No hace falta mencionar lo especial que fue este paseo. La cena fue exquisita, la compañía excelente y la visión de la ciudad imponente, nos dejó sin palabras.
            A la cena se sumaron algunos miembros de las familias de los profesores del instituto anfitrión, haciéndonos percibir una vez más la generosa hospitalidad de este centro educativo, la buena sintonía en la que trabajan y el respeto y la dignidad con las que defienden sus peculiaridades como comunidad minoritaria en la sociedad estambulí.

        Con respecto a las “tareas” que debíamos llevar a cabo, una vez más las cumplimos con precisión.
El lunes, primer día del encuentro, cada país hizo su presentación de lo que el proyecto Comenius significaba para su centro. Habíamos acordado preparar una presentación sobre este tema, ya que con anterioridad lo habíamos hecho acerca de nuestro centro y entorno.
            El jueves fue el día elegido para seleccionar el “story beginning” común, a partir del cual cada país creará la narración que dramatizará posteriormente. La única regla prescrita para crear dicha narración es que sea susceptible de ser dramatizada y que refleje en su argumento de una u otra manera los “valores” que seleccionamos en el encuentro en La Palma, a saber: la amistad, el amor y la búsqueda de la verdad.
Organizamos la votación dividiendo a los alumnos en grupos, todos ellos formados por miembros de los distintos países. Leímos las propuestas anónimas de los distintos equipos y votamos. La propuesta turca resultó la ganadora. Éste es el párrafo elegido:

 All of them were enjoying the night under a bright moonlight. A cool breeze was making them relieve in this hot weather. Along the shore they were sitting right next to a campfire. Some of them were roasting marshmallows, some of them were laying on the sand. One of them was playing the guitar and two beautiful girls were accompanying him with their lovely voice. They were all friends, some were more than that. So far, everything was going just the way they imagined it…

            Así, casi sin darnos cuenta, llegó el domingo, el día de nuestra partida. No solo los profesores del centro Esayan, sino también los padres y alumnos que habían acogido a los nuestros nos acompañaron al aeropuerto y estuvieron con nosotros hasta el último momento. Volvíamos de golpe a nuestra realidad cotidiana. Sin embargo, parte de Estambul y del calor de su gente todavía no nos han abandonado.

4 comentarios:

Inmaculada Zarandieta dijo...

Cuando iba rumbo a Turquía en el avión, ni me imaginaba que añoraría ese momento… ¿Qué ha significado Turquía para mí? Tantas cosas. He aprendido más inglés, normal, he aprendido a valorar las cosas que tengo y cualidades que tengo, he aprendido sobre todo mucho de la cultura turca.
Desde el primer día que pisé tierra turca, aprendí. Turquía me ha dado muchos amigos, me ha dado una hermana y a una persona especial. En realidad, aprendes tanto, pero, cuando tienes que describirlo, te resulta difícil expresarlo.
Al principio me sentía un poco desubicada en todos los sentidos, pero a las dos horas, ya estaba instalada, porque soy una persona muy abierta y me adapto a todo. A mitad de semana vas disfrutando del momento y el final de la semana lo vives intensamente, rezas porque se retrase el vuelo y te puedas quedar otros dos días más.
Algunas personas me decían, ¿no echas de menos tu casa, tu familia, tus amigos? Por supuesto que echo de menos a mi gente, pero estaba disfrutando tanto, que no quería que se terminara nunca.
España estaba representada en este encuentro Comenius por algunos alumnos con los que ni había cruzado una palabra y, gracias a este viaje, ahora somos amigos. Las profesoras, ya las conocía, pero siempre como profesoras y no como personas, porque en Turquía éramos como una familia.
Letisya, solo tengo dos palabras para ella: mi hermana. Mi familia turca me ha tratado siempre como una hija más. Mi padre era joyero, mi madre pastelera y mi abuela, pues una abuela.
He hecho muchos amigos en Turquía y espero seguir estando en contacto con ellos, porque hemos forjado una muy buena amistad.
Ya casi me olvidaba de mis “teachers”, porque siempre usaba esta palabra para dirigirme a los profesores turcos del colegio Esayan. ¡Era tan difícil recordar sus nombres!
El colegio armenio Esayan era muy bonito y lo organizó todo estupendamente.
El único “pero” del viaje era que a los compañeros turcos les resultaba muy difícil seguir hablando en inglés, cuando hablaban entre ellos, de modo que tenía que andar diciéndoles “in English, please” y de momento se acordaban, empezaban a hablar en inglés, pero pronto se olvidaban y volvían a hacerlo en turco.
Algo que me sorprendió fue el tráfico en Turquía. Al principio, cuando me montaba en las furgonetas amarrillas, me agarraba fuerte al asiento, hasta que me acostumbré a esa forma especial que tienen allí de conducir.

Me gustaría volver a Turquía, porque he dejado allí a grandes personas y porque tengo a parte de mi familia. Jamás pensé que echaría tanto de menos a esta gente y este lugar. Ahora que ha pasado más de un mes de nuestro regreso, daría todo por ir a otro viaje del proyecto Comenius, aunque sé que es difícil repetir, pero la ilusión nunca se pierde.

Turquía me ha permitido conocer a personas muy interesantes, que siempre estarán en mi mente y mi corazón. Solo con dos palabras podría describir este viaje Comenius: inolvidable y muy especial.
La fecha del ocho de mayo de 2012 está grabada en mi mente y espero que nunca se me olvide. Gracias por este viaje.

Inmaculada Zarandieta Pérez. 4ºESO.

David Domínguez dijo...

Las experiencias Comenius son increíbles ya que conoces a un montón de gente nueva, haces nuevos amigos, aprendes y sobre todo disfrutas.
He vivido la acogida y la salida a Estambul.
En Estambul me lo pasé genial, conocí multitud de personas de distintos países, aprendes nuevas culturas, y te independizas un poco.
Visitamos multitud de sitios como El Gran Bazar y Santa Sofía, pero a parte de hacer turismo, haces una vida de ciudad, distinta a la de pueblo, ya que vives con una familia y haces prácticamente su vida diaria. Al ser una ciudad, hay más opciones de divertirte cuándo estás en la calle, ya que ofrece mayor variedad de sitios de ocio, yo por ejemplo fui a los karts, bolera, visitas a centros comerciales, comidas por los bares, cafeterías, sitios distintos a los que en tu pueblo no puedes ir, ya que hay menos variedad.
Con respecto a la familia de acogida, me trataron muy bien, siempre pendiente de mí, que al fin y al cabo se agradece, eran muy agradables. La comunicación era un poco dificultosa, ya que para hablar con los padres necesitas un intermediario que sepa inglés, en este caso el chico/a que participa en el proyecto. Al final poco a poco te sueltas con el lenguaje y te vas comunicando mejor, y si no sabes la palabra utilizas los gestos.
Conclusión: es una bonita experiencia en la que la diversión y aprendizaje están asegurados. Espero repetir una semana como esa, nunca la olvidaré.
David Domínguez 1ºBachillerato

Juan I. Medrano dijo...

Como experiencia en esta segunda semana de Comenius que viví, solo puedo decir que fue algo perfecto y que me encanto, ya en España me ilusionó mucho cuando empecé con esta vivencia de compartir culturas y ya no otra cosa que el día a día de cada país. Mi viaje a Estambul fue una experiencia superior; volamos a Estambul, “capital” turística de Turquía, algo extraordinario para todos, ya que suponía viajar a un país con una cultura muy distinta a la occidental y ya acostumbrada.
Mi semana con mi anfitrión fue pletórica, aparte de Arden, que era el armenio que me acogía, también estaba Gergo otro chico húngaro, que se quedaba con él; rápido nos acomodamos, y cuando llegamos del viaje, cenamos; en mi opinión ese día fue el peor, porque un viaje largo y agotador, después de pasar bastante tiempo en coche para coger el avión en Málaga, y llegar a la casa de una persona que se ofreció a acogernos y ponerme de cenar y rechazar esa comida porque no me gustaba y encima para colmo ese día me di cuenta de que se me olvido el cargador me resulto catastrófico, por suerte Arden tenia cargador, la verdad me costó coger el sueño.
El siguiente día fue un escándalo, para empezar levantarse a las 7:30 y desayunar para llegar al insti sobre las 8:30; lo primero que me asustó y a la vez me impresionó fue el tráfico en las calles de Estambul, antes de nada quedamos con un amigo que acogía a uno y llamaron a un taxi, si nos salen las cuentas, éramos 3 más 2 igual a 5, mas el conductor, lo que quiere decir que sí, que nos metimos seis personas en un coche, sin cinturón y sin nada de protección solo nuestros cráneos. Después los coches que iban a toda velocidad, sin ceder paso, metiéndose por donde no cabían y sin respetar el trafico, la verdad que un poco loco todo.
Al fin llegamos al instituto que era bastante grande, y poco a poco íbamos conociendo a gente que iba a pasar el resto de la semana con nosotros, saludamos a los que compañeros turcos que fueron a España y más o menos nos enseñaron el edificio...

Juan I. Medrano dijo...

...Los demás días, fueron geniales, unas personas estupenda que había en el Comenius; todo perfecto. Visitamos la ciudad que era fantástica, edificios impresionantes, La mezquita de Santa Sofía, la torre Gálata, el Gran Bazar, paseando por el casco histórico de Estambul, la Cisterna de Estambul…sitios muy distintos a los que tenemos acostumbrados en un pueblo, esos días fueron un poco cansados, pero se subía el ánimo cuando volvíamos al instituto para hacer cualquier actividad interesante en la que participábamos todos.
El mejor día para mi fue el jueves en el que realizamos un paseo en barco por el Bósforo, eso fue perfecto, ya había confianzas y nos hablábamos mucho, ya ese día teníamos mas relación y creo que por eso fue tan impresionante, el viernes toco día de despedida pero sin olvidar lo echo; ese día estaba destinada a pasarlo en el instituto y leer poemas de Zarhad, poeta famoso de Turquía, y ese día contamos con la presencia de su mujer. La verdad que el viernes fue el día más triste porque ya se marchaban muchos países y se terminaban las actividades. El sábado fue un poco más libre, pero tampoco mucho, el equipo húngaro se iba y fui a despedirme de Gergo y ya por la tarde salimos Arden y una amiga suya dar una vuelta por la costa, coincidió que ese día se jugaba un partido importante y nosotros paseábamos con un poco de miedo por los hinchas pero no paso nada, simplemente que la madre se enfado porque no debía de estar por ahí con este acontecimiento.
Para finalizar el domingo nos despedimos muy temprano y nos tuvimos que ir al aeropuerto, día muy triste aunque la verdad que con ganas de volver, esa semana se consumió rápido pero la vivimos intensamente todos. En general una experiencia inolvidable, no solo por el mero hecho de conocer esa gran ciudad y mezclarnos con una cultura tan oriental y distinta a la nuestra sino ya por las personas que se conoce y dejan un hueco en tu mente. La verdad que las profesoras que nos acompañaron y los compañeros se portaron bien, eso también ayudo mucho a pasarlo bien, el buen ambiente. Me gustaría repetir esta experiencia ¿pero y a quien no?
Juan Ignacio Medrano. 1ºBachillerato